sábado, 18 de junio de 2011

Luquita y media


Caminar descalzo y el creciente gusto por el aire acondicionado , refrescos , y helados , quedaron atras tras atravesar la puerta de salida del avion. Es una sensacion que siempre me ha fascinado. Sales de casa con una ropa , y cuando se cuela ese viento entre el " finguer " y el interior del avion, te hace sentir que has llegado a un lugar nuevo. Tengo que reconocer , que es mucho mas reconfortante, el paso del frio y seco aire del avion, a una ola de humedad y calidez, el clasico primer shock de llegar a un lugar tropical o ecuatorial . Mientras uno invita a ponerse las gafas de sol y tumbarse a descansar , el otro nos hace recordar que el frio sabe igual en todos los lugares.



" Alla vamos, al inframundo " me comentaba mi companyero de asiento mientras el avion descendia, refiriendose a la niebla que caracteriza al valle donde se ubica Santiago de Chile .
Por suerte , por encima de los 2000 metros todo era claridad , y pude deleitarme con el espectaculo de ver el amanecer al tiempo que atravesabamos la cordillera de los Andes.

Yo habia visto postales de santiago en la que salian las montanyas de fondo, lo que no me podia imaginar, era que estaban tan cerca, y que eran tan grandes. Realmente un muro levantado de la nada.

El jet lag , el cansancio, y mi costumbre de dormir doce horas durante el ultimo mes y medio, me llevaron directo a la cama del hostal , a pesar de ser las 9 de la manyana hora local. Desperte para la hora de comer y sali a la calle.

Aire de otonyo. Hacia mucho que no divisaba esa suave neblina , que caracteriza los cortos dias que suceden al verano . El sol bajo , la temperatura fresca , me llevaron caminando acurrucado dentro del abrigo , abriendome paso entre la infinidad de vendedores ambulantes que pueblan el centro de la capital.





Empanada de " pino " y coca cola, para empezar a integrar algo de la cultura del nuevo pais .
Paseo por el centro, con la sensacion de haber aterrizado en un cruce entre lo conocido , y lo que esta por conocer.





Uno ha podido aprender adaptarse a los lugares que no nos son familiares. Uno ha podido aprender a reconocer lo familiar y a verlo desde perspectivas diferentes. Entonces , uno aterriza en sudamerica y se siente confuso . No estoy en casa , pero hay algo de todo esto que me es familiar. Me gusta esta nueva sensacion.

En mi hostal, conoci a Agustina, que sera companyera de trabajo en Chillan , y posiblemente companyera de piso tambien . Con ella camine por la ciudad, para descubrir una capital extensa , poblada , con poco atractivo turistico a nivel monumental , o arquitectonico. Nos preparamos para ir hacia el sur , donde pasaremos los proximos meses.