lunes, 16 de diciembre de 2013

Azul , verde y miel




Que no se me quede el aire atrapado
Que esté triste como para soplar
Eso de que no se me olviden los pucheros ,
los fantasmas del pasado tan lejos no están

Que me sirva de algo aquel treinta bajo cero
Aquel gris , aquel rubio y el azul , donde andará ?
Llevo meses queriendo cobrar para ser sincero ,
de que color es mi oportunidad ?

Que no se me olvide el haber llorado
Que siempre recuerde aquel despertar
Las tres semanas que debí haber tardado
En dormirme para volver a soñar

Y ahora que he vuelto al sueño de la realidad
Que no sea verde si no miel el cielo espero
Llevo no meses,  sino años tratando de encontrar
algún sinónimo a eso del amor verdadero.












martes, 29 de octubre de 2013

Mis momentos raros



Hará unos cuatro o cinco años , leí aquel libro en el que un prestigioso profesor de universidad relataba sus últimos meses de vida antes de morir de cancer. En realidad , creo que le escribía el libro a sus hijos para dejarles un recuerdo y algún consejo por escrito.

El libro contenía  varios pasajes sobre las grandes lecciones que aprendió de la vida , y creo recordar que hacía una reflexión importante sobre lo qué es lo que recordamos antes de morir.
Supongo que todos habréis oído historias sobre cómo , alguno de los recuerdos no son precisamente aquellos momentos que todos creemos que permanecerán en la memoria hasta el fin de nuestros días...

Y por alguna razón , este tema vino a mi mente mientras reflexionaba en lo rara que es la vida en sí , y en la cantidad de circunstancias , lugares y momentos tan diferentes por los que pasamos.

La ciencia dice que cada seis o siete años , todas las células de nuestro cuerpo ya se han renovado , por lo que físicamente... dejamos de ser los mismos. Sin embargo , aún quedan las memorias de lo que fuimos o vivimos en otro momento. Dicen que las personas en el fondo nunca cambiamos , o cambiamos poco a lo largo de nuestra vida , y sin embargo... uno a veces mira a su pasado , y parece estar mirando de tan lejos que ya no se reconozca a sí mismo.

En realidad , pensaba todo esto mientras me acordaba de determinados momentos , que no tenían nada especial de por sí , y sin embargo , aún quedan presentes en mi memoria... más aún quizá , que otros momentos que aparentemente fueron mas importantes.

Recuerdo un momento en el que viajaba por el norte de la india , en un autobús que me llevaba hacia un pueblo que nadie visitaba , y que transcurría por una infinita carretera , con un paisaje de montaña feo y monótono. Recuerdo muy bien la cantidad de muros pintados con publicidad de vodafone que había , en aquél camino prácticamente intransitado .

También recuerdo una tarde de invierno , en la que estaba viendo como nevaba a lo lejos en la sierra de Madrid. Debían de ser las dos de la tarde , pero el cielo estaba gris , y ya casi no quedaba luz. En uno de esos arrebatos que uno no llega a comprender a posteriori , cojí los esquís , cojí , el coche y me subí a la montaña. Hacía un tiempo terríble , uno de esos días de viento , niebla , humedad... me bajé del coche en el puerto de Navacerrada , y comencé a caminar cerca de la silla de guarramillas. No se veía nada , y cada paso que daba , era más difícil caminar por la nieve. hasta que llegó un punto en el que no podía seguir caminando. Recuerdo ver los postes de la silla totalmente congelados, y no oír nada más que el viento. No se veía absolutamente nada , pero sentía un tipo de atracción por permanecer allí , en medio de aquella tormenta de nieve. Me puse los esquís , y baje, en medio de la peor y nieve que he visto en mi vida, pegajosa , aglomerada , y sin ver más de tres metros delante de mí.

Y aquél día en Newcastle , un pueblo cerca de Sydney , que no tenía que trabajar , y me fuí a caminar por la costa. Recuerdo un tipo haciendo ala delta , y aterrizando casi estático delante de mí , al borde de un acantilado. Y una antigua piscina nutrida por el agua de mar, corroída por el tiempo , que en su día sirvió de lugar de baño a los reclusos que poblaban Australia.

O aquél otro gélido día de Agosto , en Pichilemu, la costa de chile... recuerdo cambiarme de ropa , quitarme el abrigo y la sudadera , y ponerme aquel neopreno y meterme en el agua... mirar hacia arriba y ver aquel cielo claro, azul , limpio , y sentir esa sensación de rareza , por estar metido en el agua en invierno... en el momento en el que no toca...

O quizá aquel día en Iquique , en el que cojí mi tabla y me fuí a aquel rompiente cerca del paseo marítimo... era un día horrible para hacer surf. Había mucho viento de mar , y no había nadie. Pero aquella tarde tenía algo de especial. Debía de ser aquella hora a la que el sol empieza a perder fuerza , en la que los colores se vuelven poco a poco mas monótonos. Según bajaba el sol, cada vez dolía mas mientras esperaba a cojer alguna ola... pero el mar estaba verde. Estaba solo, y cerca de las rocas. Debajo de mí podía ver claramente la plataforma de piedra blanca , con manchas negras por los erizos, que daban la forma para que se produjese la ola. Mientras esperaba alguna decente ,tiritaba ,e  iba tarareando alguna canción de Sabina. Según pasaba el tiempo , la escasa calidad del traje se hacía notar. Volví al hotel , caminando descalzo por aquel paseo marítimo de aquella ciudad tan fea. Y recuerdo tan claramente aquella ducha caliente con la que tardé una eternidad en quitarme el frío del todo.

Me pregunto , si son este tipo de momentos a los que se refieren los moribundos. Yo no sabría explicar que es lo que tienen en mi caso , si es que tienen algo especial. Supongo que en cierta medida , todos somos afortunados , pues no existe limitación alguna para vivir tales experiencias... estoy seguro , de que cada persona puede nombrar fácilmente alguno de estos momentos sin sentido , que tardan en borrarse de la memora....

Y vosotros , qué es lo que recordáis?


viernes, 15 de febrero de 2013

Paseando por Quebec a - 30º





Se me esta cayendo la piel de uno de los dedos de los pies. Mas o menos lo mismo que te pasa cuando te quemas en verano en la espalda o en la nariz , pero provocado por el frio. Los instructores de esqui en Quebec , dicen que uno comienza a sentir los pies de vuelta a la normalidad aproximadamente un mes y medio o dos , despues de que se acaba el invierno. Hasta entonces uno siente las puntas de los dedos dormidas , no solo cuando esquias , tambien cuando llegas a casa. Te puedes pellizcar y ya no sientes nada .





Gajes del oficio , bueno , de este oficio en esta provincia en la que el concepto del frio , es realmente distinta... Siempre me ha parecido fascinante , la diferencia entre las diferentes montanyas del mundo , los colores de sus pistas , de los paisajes , la cultura del esqui en cada lugar se siente diferente

Aqui , cuando ves que manyana hara -15 en el tiempo , resoplas y dices para ti mismo " uufff " , y sientes una gran sensacion de alivio.  Manyana , no hace frio .
Pero si en el mismo programa , ves que  va ha a hacer sol durante 3 dias seguidos , piensas  " ufff " , y sientes y sabes que se te va a congelar el alma. Seguramente, alguno de los dias hara alrededor de - 30.










En Quebec , hace calor cuando nieva. O mejor dicho , hace menos frio cuando nieva y esta nublado , porque no suele bajar de - 20 .

Uno de los dias mas frios del invierno, Gauthier  ( uno de mis companyeros de casa y de trabajo ) y yo , fuimos a la ciudad a pasear. Era la primera vez desde que llegue que yo tenia la oportunidad de hacer tal cosa , pese a haber vivido mas de un mes a tan solo 40 kilometros de la capital.




Quebec... es un sitio particular. En cierto modo , me imaginaba que seria diferente de los paises sajones , y realmente lo es. El hecho de que hablen frances , hace de este lugar algo especial . Podria decir que se parece un poco mas a europa , pero la verdad es que uno siente muchos rasgos de la cultura norteamericana al mismo tiempo.












En general , tengo que decir , que la gente aqui es simpatica , y tienen bastante buen humor. La ciudad en si es realmente bonita . El centro aun guarda edificios de arquitectura colonial , a diferencia de cualquier otra urbe de america del norte .

Paseamos como si estuviesemos en una mision al polo norte. Cada vez que me saco los guantes para sacar una foto , pasados unos 5 segundos , las manos me duelen tanto que no puedo aguantar y me pongo de nuevo el guante. Decido aprender a tirar fotos con guantes de esqui , lo cual no es muy facil que digamos.









Gauthier y yo nos sentamos en uno de los bancos que dan a la riviera del rio mientras el sol va bajando . Al fondo , un par de barcos rompiendo el hielo del rio, y los pequenyos icebergs moviendose lentamente. Pica la cara y la nariz , pero el aire se siente limpio. Hay algo de bueno que no sabria explicar en esto del frio extremo. Me pregunto , a quien se le ocurrio levantar una ciudad en un sitio tan inhabitable. Seguro que llegaron en verano.

Compartimos un rato el silencio , mientras dejo fluir un par de pensamientos . Gauthier derrepente suspira , y con media sonrisa , como si acabase de enumerar mentalmente todas las cosas que ha vivido en esta ciudad , dice lentamente ;  J' aime le Quebec.








Suena tan convencido , que mientras , me voy preguntando , que es lo que tendra este lugar que lo hace tan raro , y a la vez especial .